martes, 11 de marzo de 2014

Texto 6. FLUJO DE TRABAJO, HERRAMIENTA DE TRABAJO


En mi proceso de trabajo destacaría el uso de la maqueta, antes de comenzar mis estudios de arquitectura ya me intrigaba el proceso de realización de maquetas. Y de una manera inconsciente veía magia en el diseño de patrones, en los juegos de playmobil o lego, e incluso en los trabajos artesanos donde de un a materia aparecía un objeto. Se trata de una herramienta tan perceptiva, la realidad normalmente reducida a una escala donde se comprenda, y casi con un golpe de vista tengas a tu alcance la selección de un todo.

En mi proceso no arranco con una maqueta y “plas proyecto al canto”, como todo, esto tiene un proceso, pero del proceso de proyectar si destacaría la parte maqueta porque te hace pensar en cosas que desde un ordenador o un papel no percibías. Es cierto que puede ser el camino mas largo, pues un diseño 3d en ordenador, un dibujo o un fotomontaje podría imitar el proceso.
¿Pero que me aporta la maqueta? ¿cual es mi desarrollo proyectual?

Bueno para comenzar el diseño de una maqueta necesito haber realizado un estudio previo del proyecto, en el que factores como el lugar, las ideas que se quieren plasmar, los condicionantes del proyecto,  todo debe tener una conexión y son parte del resultado de la maqueta.

En primer lugar necesito realizar un guión de ideas a desarrollar,  una vez enumeradas buscar información al respecto, seguro que ya otros han trabajado sobre mi tema y puedo arrancar desde un peldaño más alto. Comienzan a surgir esos pequeños bocetos, que sin querer se convierten en jeroglíficos, cuando empiecen a ser legibles para otros las ideas se estarán aclarando. Más tarde llega el momento de encender el ordenador para realizar las primeras ideas con datos numéricos. Y después de tachar y reescribir, borrar y desdibujar se empieza a plasmar en la pantalla ideas más claras, pero éste no es el paso final, necesito diseñar la maqueta!

Por fin llega mi momento, donde los materiales empiezan a fluir, ¿cómo plasmar esta idea?, ¿como está hecho esto existe?, ¿por qué de estos recorridos?, ¡pero si aquí había habido una conexión entre estas dos áreas que no se leían de ninguna otra manera!, un sin fin de ideas comienzan a transformarse, ¿lo mejor? nada es definitivo. Modifico lo existente, añado prótesis a lo realizado, simplifico materiales, realzo otros, como un juego de niños pero con la intención de reflexionar el lugar con las capacidades adquiridas desde el punto de vista del lector de lugares e individuos.

Tras el proceso de selección de ideas, de escala para explicar el proyecto, las decisiones de los materiales a aplicar, todo es importante y de todo ello depende el resultado a contener. A este complejo proceso se adhieren nuevas técnicas como el diseño 3d, pero este proceso simplifica demasiado, y todo lo descrito anteriormente desaparece, con ello parte de la información adquirida al realizar la maqueta, con lo cual quizá deberíamos entender que igual que el ordenador es un complemento al diseño a mano, la impresión 3d lo es a la maquetación.
Y por último el trabajo de posproducción donde la maqueta cobra otros significados ya para el que la percibe, y donde la fotografía ayuda a mostrar la información de los diseñado y ¿porque no? el fotomontaje. Sobre este material se pueden ir desarrollando otras técnicas que endulcen el resultado y ayuden a mejorar sus cualidades.
 De alguna manera, la maqueta se convierte en la materia prima de la presentación de un diseño arquitectónico.

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